Círculo danzante,
marea alta,
olas circundantes.
Caderas firmes,
pies ligeros,
columna escurridiza.
Ciclos constantes que no se detienen,
movimientos precisos que viajan al ritmo del viento y las estrellas.
Fluir,
volar y atravesar a ese lugar multicolor...
Bailar junto con la lluvia y el sol.
En el baile está la
respuesta infinita y eterna;
el cuerpo y el corazón
son un sólo giro,
un mismo tiempo
en diferentes direcciones.