miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nube II

Recuerdo cuando me dijiste que mi persona te evocaba una nube, recuerdo que soy tu mujer con flores, recuerdo cada sentimiento que tengo tejido en mi piel, cada sensación que me estremece desde la columna hasta los pies. Deseo ser tu guitarra parlanchina, las melodías vivientes que salen de tus dedos, el aroma que trae la lluvia de invierno. Deseo tantas cosas para ti y para mí que mi cabeza es un torbellino que viaja hasta tu cama y se sienta a hablar por horas y a escuchar tus palabras que son pedacitos de vapor que componen esa nube en la cual viajamos. Porque la nube no sólo soy yo, somos los dos; ambos la hemos creado, la hemos dejado flotar en el inmenso cielo.
Hay un seudónimo que me corresponde, un nombre que debería llevar pintado en mi cabello, ese nombre flotante y ligero, tan hermoso y esponjocito que lo único en lo que puedo pensar es en tu mirada y en esas manos ligeras que se escurren en mis entrañas. Me siento tan purificada que hoy mis lágrimas y mi risa pueden corren libremente, volar y componer letras desde una inmensa vastedad...
Quisiera volar eternamente, atravesar mi microcosmos y el tuyo hasta sentir que me he quedado atrapada en uno de sus mundos, en una de sus estrellas...
Nuestro fin

jueves, 6 de noviembre de 2008

☼▲▼

Cada lágrima que derramo por ti es sólo un aviso,
un ir venir de sentimientos que estallan en mi corazón,
eres tú en mis brazos, soy yo en los tuyos.
El amor es infinito, ahora lo siento más que nunca,
ni la distancia, ni el tiempo pueden romper con él,
con la fuerza verdadera que hay en nuestras manos.
Cada beso es la eternidad en mis labios, cada noche es
sagrada. Todo en ti me sabe a naturaleza, me sabe
a creación desbordante de belleza, mis letras son tuyas
al igual que mi cuerpo y mi ser.
Ya nada queda, el resto lo iremos construyendo entre
caricias y delirios, entre sueños y abrazos. Sólo queda
el presente, el eterno presente que baila alrededor de
nuestra alma.

Tú eres yo
Yo soy tú
Nosotros somos...