viernes, 3 de octubre de 2008

Carcajadas ajenas, doble personalidad,
un instante de pesadumbre en
dónde suele el sol brillar, mañanas desiertas,
simulacros de aventuras que quedaron en
el pasado.

Intuición, mera intuición la que traigo en las venas,
la que corre por mi sangre y me desorbita.
Campanas que rugen, lluvia que quema las entrañas
vacías... Vacías como el viento que mueve
mis cabellos, los rebana, los convierte en tiempo
ilusorio para no venir más, para desaparecer en
medio de miles de recuerdos perdidos en el laberinto
del universo.