miércoles, 14 de mayo de 2008

Sol azul en un acantilado luminoso, el lenguaje me comprime, me hace compacta y exprime mi cerebro. Lenguaje limitante el tiempo nos observa y nos convierte en vapor alucinante, no quiero ser nada y aún así estoy a la deriva de todo, girando en un entorno en blanco y negro sin ningún fin aparente. Y me pregunto, ¿para qué quiero un fin si esto ni principio tiene? No hay líneas entre cortadas ni círculos rotos, todo es constante y está predispuesto. Ya todo está escrito y aún así las palabras en mí no paran de reproducirse y correr... correr y derretirse en las banquetas heladas de un lugar extraño que ha dejado de ser melancólico y deprimente.

4 comentarios:

Yaren R. dijo...

Experimento en marcha, jijiji...

Ila dijo...

jiji... yo estoy por empezarlo! Ojalá que si funcione!

Verdolaga dijo...

Uy! de qué hablan?

Me encantó :)

Te extraño mi amor, he visto tu coche estacionado pero de tí nada :(... vas a ir conmigo al día del oceanólogo? :D te llamo mi vida, para irnos a divertir un ratote.

Te adoro...

Un beso.

1+0=8 dijo...

Estás viva. Estás un cuento que vuuela por el universo de ninguna parte a ninguna parte y los cuentos se cuentan.