sábado, 17 de mayo de 2008

El cerebro se limita cuando se trata de cosas perversas, reusa mirar la cara de lo salvaje que hay en todo y se esconde en su propio regazo. Las múltiples formas de sexualidad y las diferentes perversiones sexuales hacen que el cerebro y la piel de alguien "normal" se revolucione y caiga en un abismo de infinitos por qués como si su propio cuerpo fuera el tabú más grande que existe. A estas alturas deberíamos saber que la humanidad maneja una doble personalidad, un mundo subterraneo o alterno al pensamiento que pretende manejar en su vida aparente. La vida anónima de los anónimos surge y se proyecta cuando menos te lo esperas, los colores, las sensaciones y los olores se resumen a entradas de "restaurantes mamones" cuando puede haber un infinidad de posibilidades en esas tres palabras incluso en una si en realidad tienes cerebro y no sólo una masa que flota en un montón de huesos.

No quiero limitarme y pensar que mi mente es sólo dos pedazos que se hilan cuando se lo proponen quiero que mi cerebro y mi cuerpo sean una unidad, una totalidad que se extiende por el universo y absorbe las partículas de los tres tiempos; pasado, presente y futuro todo eso en un sólo cuerpo. Quiero alejar de mí la sensación de ser un falso cascarón en un huevo gigantesco deseo nada más lo verdadero. La verdad metafórica de este momento.

2 comentarios:

1+0=8 dijo...

que sea así
cuánto tiempo tarda tu ahora

Yaren R. dijo...

;) y el experimento? jajjaja a