La danza emprendida, la danza que llevo en el alma. Un corazón ardiente, unas caricias que hablan...
Tú mirada me seduce, me hace inventar nuevos horizontes.
Horizontes que llevo en mi mochila, en mi cabeza.
Recuerdos que hoy no están aquí pero que alguna vez
fueron anhelos.
Vientres que miran, flores que cantan. Ahora la naturaleza
calla y me encuentra dormida soñando sueños que nunca
acaban, respirando el sándalo que hoy recorre mi piel.
Esta noche es tuya al igual que la de ayer
porque ésta mente ya no vive ni en el presente.
Espirales, sólo eso...
