Escape...

Tú sombra ya no está sobre mi piel. Hoy respiro con más facilidad y es que creo que para el corazón ya no hay límites; te puedo amar a ti, a él, a ella... Todo se desprende de una misma fibra, de una totalidad andante, de este pequeño universo que en ocasiones parece infinito. No quiero complicaciones en mi cabeza ni en el corazón y mucho menos en mi alma. Quiero una figura simétrica dentro de mi cuerpo, no quiero garabatos surrealistas que me alejen de lo que puede asemejarse a lo verdadero.

Los torbellinos en mis entrañas parecen ser cada vez más fuertes. Mi cerebro se revoluciona al compás del viento y las constelaciones...

A veces quisiera escapar como Adelita y no volver. Escapar con una sonrisa permanente, con orgullo y claridad en mi mente pero parece que mis piernas están atadas a la cama, a las sabanas; mi cuerpo no es ligero para volar y emprender un viaje a la eternidad. Mis raíces siguen siendo largas y fuertes difíciles de exterminar para que algo nuevo en mí surja.

Esta noche la podré dedicar nuevamente a tu imagen y a mis deseos de salir volando a un mundo exterior, a la naturaleza y al arte... Sólo esta noche porque la siguiente será un tributo a la nada, al vacío absoluto.